Tuesday, December 12, 2006

LOS SOBREVIVIENTES DE LOS MULTICINES

Las salas del centro han desaparecido tras la llegada de las cadenas de cines...
Con la llegada de la primera cadena de multicines a nuestro país, por allá por 1993, el panorama del servicio que ofrecían las salas hasta ese momento cambió.
Claro, las entradas eran más caras, pero a cambio, las butacas eran más blandas y flexibles, el sonido y la imagen eran mejores y se ofrecían una serie de productos anexos: toneladas de pop corn, litros de bebidas y kilos de confites varios, además de la posibilidad de elegir entre diversas películas en cada complejo, con una o dos salas exclusivas para cada una de ellas, en distintas alternativas de horario.
En la vereda del frente de este fenómeno, los cines más pequeños se vieron ante el dilema de encontrar una nueva manera de atraer público, o morir. Los llamados cines arte tenían, por lo menos, un público cautivo algo distinto al de los complejos de multisalas, acostumbrado a no recibir los últimos estrenos del género y a las reposiciones de clásicos.
¿Pero qué pasó con aquellas salas del centro que sí participaban del circuito comercial? ¿Con cines como el Rex, el Capri, el Prat, el Montecarlo y el Lido? Uno a uno se fueron transformando o desapareciendo: las salas de los Rex 1 y 2 pasaron a formar parte del Hoyts Huérfanos, mientras que el Capri dio un giro programático y optó por la sexualidad explícita y los títulos extravagantes.
El Prat de calle San Diego bajó el telón en enero de este año, luego de casi 70 años de proyecciones. El Montecarlo tuvo una segunda oportunidad -después de una temporada en la que se dedicó al Triple X– y fue transformado en el Cine España, pero finalmente la poca rentabilidad del negocio lo llevó a cerrar sus puertas a fines de agosto pasado.
Los únicos sobrevivientes del “huracán multisalas” son el Centro (San Antonio 50) y el Lido (Huérfanos 680). Como es prácticamente imposible para ellos estrenar al mismo tiempo que las grandes cadenas -porque según explican sus dueños, aquellas tienen el monopolio de la distribución– la estrategia un tanto involuntaria que están aplicando es ofrecer al público la posibilidad de acceder, o a películas que ya han salido de cartelera y que no han llegado (legalmente) en otros formatos, o que están en muy pocas salas, o la reposición de éxitos recientes. Sin asientos ultra acolchados ni modernos sistemas de proyección, pero con la magia de verlas en pantalla gigante y a precios módicos.
Así, el Centro está exhibiendo “Batman Inicia” por $700 antes de las 16:30 y por $1.000 después de esa hora, mientras que el Lido (donde es posible encontrar la única pantalla curva panorámica que va quedando en Santiago) se defiende con “Sahara” y “La Casa de las Dagas Voladoras”, por $1.000 de lunes a domingo hasta antes de las 15:45, $1.500 pasado ese horario, y a $800 los miércoles.
Pero la sala de calle Huérfanos ofrece cada cierto tiempo otros ganchos: en mayo de este año por ejemplo, las fanáticas del cantante Sandro o quienes simplemente sintieran curiosidad por ver al artista como actor, tuvieron un ciclo con algunas de las películas en las que participó en argentino; y el mes pasado hizo un romántico viaje a los años 30, con la proyección de “Lo Que el Viento Se Llevó”.

Lido: Desempolvando Clásicos
Antes de que volviera a abrir sus puertas como cine, el Lido tuvo dos fallidos intentos de sobrevivir en otros rubros: como music hall y como templo evangélico. En 2003 pasó a manos de Emilio Egner, quien contó a Chile.com que la idea de reprogramar películas antiguas “nació a través de una encuesta que hice al público que asiste comúnmente a mi cine, y también como una alternativa distinta de cine, para así poderme diferenciar de la monstruosa competencia que tengo”.
Las cintas que proyecta, según explicó, son copias en formato 35 milímetros, “nuevas o medianamente nuevas”, que las distribuidoras aún tienen guardadas. Egner estructura su programación general por semana, cada una dedicada a un público distinto –infantil, familiar, juvenil, etc.-, pero la exhibición de filmes clásicos tiene un claro destinatario: “un público mayor que quiere volver a ver a los actores de su juventud y así recordar una época”, afirmó.
Para lo que queda del año, el dueño de la sala se ha propuesto la misión de encontrar (y exhibir) copias de largometrajes como “Doctor Zhivago”, “Busco Mi Destino”, la serie de películas de James Bond protagonizada por Sean Connery, y algunas de Elvis Presley.
De las recientes, en las próximas semanas tendrá en cartelera “La Isla” y “Se Busca Pareja”, para luego continuar con la exitosa “La Caída”, “Melinda y Melinda” y la reposición de “Mar Adentro”.
Sobre la labor que está haciendo para conservar su cine a flote, Egner concluyó: “Yo como independiente, y sin los recursos necesarios como las multinacionales, solamente me mantengo siendo creativo, ofertando un buen y atractivo programa (se exhiben dos películas, y la entrada te da derecho a ver ambas), y tratando de conseguir eventos para no morir en el olvido”.

Por Paula Celis
Fotos: Felipe Cantillana

http://www.chile.com

Friday, November 03, 2006

TEATROS DE LA REGION METROPOLITANA


TEATRO CARRERA - SANTIAGO:

Abrió sus puertas en 1926. Fue concebido como película y teatro vivo del funcionamiento. El Carrera no era un teatro céntrico. Puede ser considerado como teatro noble de la vecindad. El Carrera era reproducción de los presidentes del DES del teatro en París. Tenía dos balcones y cajas del lado. Beautifilly fue adornada con el estuco y el dorado.
El teatro era acertado hasta los años 50. En los años 60 comenzó la declinación allí, no sólo debido a la competición de la TV, también la declinación del neigbourhood entero Avda. Brasil. de Santiago. Entonces consideraban como teatro del funcionamiento y comenzó al Carrera no más a demostrar películas del funcionamiento del tercero. En el último 60s el Teatro Carrera tuvo que cerrar sus puertas. Unfortunatelly, las autoridades no hizo ninguna tentativa de ahorrar este teatro monumental.
Es hoy en día un disco (auditorio) y tienda al por menor (pasillo).
El Teatro Carrera fue colocado en el registro nacional de lugares históricos de Chile en 1989.

Antecedentes de autoría de Carlos Stoeckel Darrigrande
fuente:http://translate.google.com